sábado, 2 de noviembre de 2013

:)

Te quiero, PERO CONMIGO.





Asomada al vacío, con el viento azotando tu cuerpo, el corazón te late desbocado y las lágrimas recorren tu rostro. Tienes miedo, porque el suicidio es una forma cobarde de acabar la vida que solo los valientes emplean. Simplemente pides un minuto por ti, respeto por tu decisión; pero allá abajo, una multitud grita que pares, que no lo hagas y tu reprimes un sollozo. Es triste ver como la gente que te destrozó la vida, ahora te deja sin capacidad de elegir tu final. Tu miedo crece y te paraliza, pensamientos enfrentados se cruzan en tu mente: acabarás de una forma memorable, nadie te olvidará … Pero habrás dado el espectáculo que esperan, crees que aún hay alguien ahí que te quiere, ¿seguro? Quizá no es demasiado tarde … Lo es, una parte de ti quiere que todo esto acabe, de una forma o de otra, que estos agobiantes minutos finalicen, aunque sigas viva, respiras hondo y te preparas para tu último vuelo.
Esta vez, con las alas cortadas …

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